Plan malvado del Vaticano: pedir a obispos fieles que renuncien (Card Zen)

Hong Kong (AsiaNews) - El card. Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, ha pedido a Dios la gracia de poner freno a la Santa Sede, “al borde del precipicio, para que no se venda al mejor postor a la Iglesia fiel” en China [entregándola al gobierno chino]. El purpurado ha expresado sus preocupaciones en su homilía, al recordar al Pbro. Wei Heping (alias Yu Heping), muerto hace dos años en circunstancias misteriosas y sospechosas.
La misa se celebró ayer por la tarde, en la Iglesia de San Judas, y fue organizada por la comisión diocesana de Justicia y Paz. Precisando que “la Santa Sede no es necesariamente el Papa”, el purpurado ha resaltado cómo a lo largo de estos años, en los cuales se ha emprendido un diálogo inicial entre Beijing y el Vaticano, la Santa Sede a menudo ha permanecido callada ante graves acontecimientos sucedidos en la Iglesia china, como han sido la muerte del P. Wei, la prisión de Mons. Santiago Su Zhimin, la destrucción de las cruces y de las iglesias en Zhejiang, permaneciendo en silencio.
“El diálogo – dijo el Card. Zen- es importante y necesario. De todos modos ella [la Santa Sede] es demasiado optimista en relación al régimen comunista. Y confía en la diplomacia en lugar de [depositar su confianza] en la fe. Para llegar a un acuerdo, renuncia a cualquier puesta de límites”.
Continuamente - agregó - la Santa Sede opta por el compromiso e incluso por venderse al mejor postor, en lugar de allanar las cosas. Pero esto no es lo que Dios espera de la Iglesia, y no es para nada fiel a la misión que Jesús ha encomendado a los apóstoles”.
Estos comentarios parecen haber sido provocados por ciertas noticias que el cardenal ha recibido recientemente y que resultan “sumamente chocantes”. Antes, el Card. Zen pensaba que las negociaciones estaban atravesando un momento de estancamiento, y recomendaba que “el Papa fuese más cauteloso”, quizás porque “Beijing había expresado otros requerimientos con los cuales él no podía estar de acuerdo”.
Sin mencionar la diócesis, el obispo emérito de Hong Kong dijo que “ellos están impulsando un plan malvado: pedir a los obispos fieles que presenten su renuncia para así dejar el lugar libre a los obispo ilícitos y excomulgados. ¡Esto es un rayo en el cielo sereno! Y también marca que se aproxima un enorme desastre para la Iglesia”.  
“Hay quien puede llegar a pensar que yo esté usando la misa para quejarme- agregó. No, yo creo que el padre Wei está usando mi boca para comunicarse. Estas palabras sirven para darnos a conocer qué tipo de gracia debemos pedir hoy”.
El cuerpo del P. Wei, un vivaz sacerdote de 41 años de edad, perteneciente a la comunidad subterránea (cladestina) fue hallado en circunstancia sospechosas en el río Ren, cercano a la ciudad de Taiyuan (Shanxi) el 8 de noviembre de 2015. Se esperaba que el sacerdote llegase el día anterior, luego de un viaje a la provincia de Liaoning.  
Según fuentes eclesiásticas, que siguen de cerca su caso, la autopsia reveló una vasta zona hemorrágica en la zona derecha del cerebro, pero no hay heridas visibles sobre la piel. La policía llegó a la conclusión de que él había cometido un suicidio y dio por archivado el caso.
A los familiares del P. Wei no se les ha permitido obtener una copia del informe de la autopsia y han solicitado la reapertura de la investigación, pero la policía ha rechazado su solicitud.
Una fiel de la comunidad subterránea ha dado las gracias al Card. Zen por haber recordado al padre Wei y las dificultades de la Iglesia en China, y ha dicho que ha quedado muy triste después de la lectura de la homilía del cardenal, que hoy fue publicada en su blog: “Tras haberla leído entera, me sangra el corazón. Como ha dicho el cardenal, quizás debamos retirarnos a una caverna y llorar. Pero mi corazón no se queda en paz”.