Un migrante visiblemente enojado ordena a una mujer que abandone su
asiento en el metro de Estocolmo, obviamente porque quiere el asiento para él solo.
Traducción de lo que es audible:
"Él: ¡Sal de aquí! (dos veces)
Ella: No hay problema.
"Él: ¡Sal de aquí! (dos veces)
Ella: No hay problema.
Él: ¡Jodida sueca!"
Realmente es agradable dar la bienvenida a estos migrantes problemáticos y violentos
que han sido rescatados de sus dificultades (aunque en su gran mayoría son falsos refugiados), y ahora viven a expensas de los contribuyentes de los países que les acogen, disminuyendo el dinero disponible para atender las necesidades de los pensionistas y parados autóctonos.