La religión del `yo´ define los hogares


https://mundabor.wordpress.com/2018/01/15/bishop-schneider-compares-al-to-the-arian-crisis/

Hubo un tiempo en que las imágenes cristianas dominaban (al menos en los hogares católicos) la decoración de las casas promedio. Una cruz o un crucifijo a menudo adornaban la entrada, y el año de construcción de la casa estaba, en el exterior, precedido por AD. En el interior, se encontrban retratos de Papas antiguos y nuevos, y el santo favorito de la casa también estaba. El dormitorio a menudo se adornaba con el Sagrado Corazón de Jesús. Muchas familias todavía tenían su propio recipiente para el agua bendita, y se santiguaban con ella antes de salir. Tampoco queremos olvidar las tablillas en la línea de: "Señor, bendice esta casa" que fueron tan frecuentes.

Avancemos rápidamente 50 años, en realidad menos.

Todavía se puede encontrar una cruz en uno u otro hogar, pero hoy esto huele a excentricidad en lugar de a normalidad. Los nuevos edificios rara vez están adornados con la inscripción Anno Domini ("en el año del Señor"). Pocas casas tienen retratos de Papas, y usted debe explicar literalmente a la gente lo que es la devoción del Sagrado Corazón. Olvídese del agua bendita, que hoy muchos "católicos" incluso encontrarían "antihigiénica".

Las imágenes católicas (y, en menor medida, debido a que son menos difundidas, las protestantes) se han perdido de vista, porque antes han desaparecido de la mente. Y la forma en que el lugar más íntimo, el hogar, está decorado, refleja el cambio de actitud que ha sucedido.

En la era del "yo", cualquier muestra de piedad cristiana doméstica se considera sofocante y completamente anti cool, incluso para muchos que todavía se consideran cristianos. Pero ves estatuas de Buda (y dioses paganos) en todos lados, y particularmente en casas de lujo, porque aparentemente son de alguna manera "geniales" (y te enganchan a una espiritualidad pacifista que en nada te compromete). No es improbable que tales estatuas adornen las casas de muchos que llaman a la Iglesia "homofóbica".

La nueva religión del "yo" es visible desde lo más básico: la casi desaparición del simbolismo cristiano dentro del hogar (y últimamente se prefiere contar con un asistente de voz inteligente que sustituya la confianza que antes se ponía en Dios)