Si supierais lo que es el Infierno no podríais dormir en pecado mortal



Amadísimos hijos de Mi Corazón, viene el mes de mayo y deseo que honréis a vuestra Madre Celestial como nunca lo hayáis hecho. Ella es vuestra mediadora y no os podéis imaginar lo mucho que intercede por vosotros y las muchas oraciones que os aplica, para que perseveréis hasta el final de vuestra vida. Yo, Jesús, os hablo.

Estampas, novenas canticos, Rosarios, peregrinaciones, todo vale para honrar a la Reina de Cielos y Tierra y, lo que hagáis por Ella lo estáis haciendo por Mí. Hacedlo con el alma limpia de podredumbre, mal se puede honrar a Mi Madre y vivir en pecado mortal sin voluntad de querer salir de él. Pedidle a Ella que os ayude a ir a la confesión y, que os ayude a prepararos para la misma con un gran espíritu de compunción y un gran deseo de enmienda. Si supierais lo que es la condenación eterna no podríais dormir tranquilos en pecado mortal, así que hijos, id al Sacramento de la Penitencia y abrid las compuertas de vuestra alma al sacerdote, quien Me representa y, si él os da la absolución sabed que Soy Yo quien os la da. Yo, Jesús, os hablo.

A todos aquellos que por circunstancias familiares o por enfermedad no pueden ir a la Iglesia a honrar a Mi Madre, no os preocupéis, lo que hagáis por vuestros enfermos por Mí lo hacéis y por Ella también. Ofrecednos esos trabajos que tenéis que hacer sin más remedio y a Nosotros nos valen igual o quizás más, porque practicáis la caridad que tan grande virtud es. Y lo mismo los enfermos, aquellos que no pueden ni salir de casa o están en el Hospital, Nosotros sabemos su situación y sus buenas intenciones, pero os pido que Nos ofrezcáis vuestras limitaciones y sufrimientos por medio de Mi Santa Madre,  para que Ella que es administradora de todas las gracias, las aplique a quien crea más conveniente y más necesario. Yo, Jesús, os hablo.

Sabemos que el deber hay que cumplirlo lo primero de todo, aunque a veces, muchos de vosotros preferiríais ir más a la Iglesia a honrar a Mi Santa Madre u honrarme a Mí. De vez en cuando hijos, una jaculatoria en el trabajo, en la enfermedad, una alabanza, un acto de amor, suple novenas, cánticos y demás, siempre que la hagáis con el corazón y no por rutina. Porque también una maquina grabadora puede decir miles de jaculatorias pero no nos sirven porque como no tienen corazón no valen para nada. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que ponga en práctica este mensaje.